Significado de la resiliencia holística
Cuando comenzamos nuestro estudio sobre la ciencia de la resiliencia, nuestra búsqueda inicial de un sistema de medición de la resiliencia reveló algo curioso: ninguna de las principales medidas de resiliencia incorporaba la salud física. Resulta que, desde hace décadas, la resiliencia psicológica se ha estudiado principalmente como un concepto mental: una propiedad abstracta que vive en algún lugar del cerebro y que, de alguna manera, es inmune al estado del cuerpo. Se trata de una oportunidad interesante y crucial para la investigación, sobre todo porque cada vez más estudios recientes demuestran que la resiliencia afecta a la salud, y la salud a la resiliencia. Es probable que desentrañar la relación entre ambos se convierta en la piedra angular de la investigación sobre la resiliencia y en una de las claves del bienestar mental en las próximas décadas.
La acumulación de investigaciones sobre esta relación bidireccional entre la salud y la resiliencia es lo que nos llevó a incluir la salud como un ámbito clave de la resiliencia en nuestra investigación. Nuestra herramienta de medición, la Escala de Resiliencia Predictiva de 6 Factores (PR6), incluye la salud como dominio y ya está siendo utilizada con éxito por muchos médicos y organizaciones para ayudar a las personas a entender su resiliencia desde una perspectiva holística. Para que sea lo más útil posible, disponemos de diferentes modalidades:All the best,Jurie
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Resumen En la última década, la resiliencia ha surgido como un concepto clave en la teoría y la práctica de la ordenación del territorio para entender cómo deben responder los lugares al cambio en una época marcada por la inseguridad, los riesgos sistémicos y el acoplamiento de la incertidumbre económica con los riesgos medioambientales globales. Sin embargo, los comentaristas han señalado que la resiliencia requiere una mayor claridad conceptual antes de que pueda constituir una base para la acción política y para evitar que se convierta en un concepto elástico o difuso. En este documento, tratamos de contribuir a estos debates esbozando un modelo holístico de vulnerabilidad-resiliencia basado en cuatro componentes clave: la exposición (relacionada con los atributos previos al choque), la sensibilidad (relacionada con los impactos negativos causados por el choque), la capacidad de respuesta (relacionada con los atributos previos al choque) y la capacidad de adaptación (relacionada con las respuestas positivas al choque). Así, la exposición y la sensibilidad se relacionan con las interpretaciones asociadas a la vulnerabilidad, mientras que la capacidad de respuesta y la capacidad de adaptación se relacionan con las interpretaciones predominantes asociadas a la resiliencia. Este enfoque va más allá de considerar la vulnerabilidad simplemente como el lado igual pero opuesto de la resiliencia y viceversa. Al desarrollar un enfoque más holístico, pretendemos salvar la brecha entre los estudios que se centran exclusivamente en la vulnerabilidad “o” en la resiliencia, y que a menudo descuidan cómo estos dos conceptos se interrelacionan e interactúan.
Comentarios
Este estudio profundiza en la interrupción multilateral y sistémica de las redes de infraestructuras críticas (IC) para evaluar la resiliencia sistémica de las “redes de redes” de IC. El estudio define la resiliencia sistémica como la estabilidad y fiabilidad del conjunto de los servicios públicos prestados por la red de redes de IC. En consecuencia, este estudio propone un método robusto para aplicar el concepto de “resiliencia sistémica” basado en observaciones reales in situ. La metodología consiste en evaluar el comportamiento dinámico de las IC observando la interacción sistémica de los riesgos en varias IC. Se sigue un enfoque holístico basado en la red de redes para clasificar las IC según su grado de centralidad y evaluar en consecuencia la resistencia sistémica. Este estudio arroja luz sobre la importancia de completar el enfoque tradicional de evaluación de la resiliencia, basado en silos de IC, con un enfoque sistémico como paso principal hacia las comunidades resilientes.
Las conclusiones del estudio ofrecen valiosas aportaciones para la realización de proyectos eficientes de “Build-Back-Better”, junto con ideas para mejorar la resiliencia sistémica. Este estudio también incita a la cooperación multilateral para un pensamiento sistémico y abre perspectivas a los cambios de régimen/enfoques de transformación para una gobernanza sistémica del riesgo con una toma de decisiones basada en el sistema.
Significado holístico
Aunque los ingredientes básicos de la resiliencia residen en todos nosotros, ser más resiliente significa acceder a estos ingredientes y fortalecerlos de forma consciente. La Asociación Americana de Psicología define la resiliencia “como el proceso de adaptarse bien ante la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o las fuentes significativas de estrés… Así como la resiliencia implica “recuperarse” de estas experiencias difíciles, también puede implicar un profundo crecimiento personal”. Esta definición destaca la importancia de la adaptación para hacer frente a la adversidad y señala que esta adaptación exitosa también puede ser una fuente de desarrollo personal significativo. En ese sentido, el entorno actual, con todos sus retos, conlleva la necesidad y la oportunidad de desarrollar la resiliencia personal.
El propósito de este artículo es describir algunos factores clave que ayudan a alimentar y construir la resiliencia personal. Los factores no son una receta fija para hacer frente a todas las adversidades y desafíos. Más bien, ofrecen vías que los individuos pueden considerar, probar y adaptar de acuerdo con sus fortalezas y necesidades individuales.