
Dientes que se chupan el dedo
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Chuparse el dedo puede convertirse en un tema candente para los padres. “¿Cómo puedo conseguir que mi hijo deje de chuparse el dedo?” es una pregunta habitual de los padres. Y hay muchos “remedios” en el mercado para ayudar a conseguir este objetivo: soluciones para las uñas amargas, envoltorios para el pulgar, libros infantiles para convencer al niño de que deje de hacerlo, y libros para padres con numerosas estrategias. Rara vez escucho la pregunta: “¿Por qué mi hijo se chupa el dedo?”. Como psicóloga, me gustaría que empezáramos por ahí.
Sí, yo también he oído decir a los dentistas pediátricos que chuparse el dedo constantemente puede afectar a los dientes, los maxilares o el paladar. Pero también he leído fuentes (por ejemplo, la Asociación Dental Americana, 2016) que sugieren que no debemos preocuparnos demasiado por un niño pequeño. Y, como señala la Asociación Dental Americana (2016), la presión excesiva para dejar de chuparse el dedo puede, de hecho, hacer más daño que bien.
Se puede ver a los niños chupándose el dedo incluso antes de nacer en el vientre materno. Es una forma natural de autocalmarse y relajarse, y puede generar una sensación de confort y seguridad en momentos de estrés. Algunos niños desarrollan gradualmente otros modos de autocalmarse cuando llegan a los 4 años de edad, especialmente cuando aprenden a expresarse y a conectar con los demás con palabras y otras actividades.
Consecuencias psicológicas de chuparse el dedo
Un bebé chupándose el dedo dentro del vientre de su madre es una imagen habitual que la gente ve en los libros y cuando navega por Internet sobre algo relacionado con ello. También es un pasatiempo habitual que hacen los bebés y los niños pequeños. Por tanto, se podría pensar que chuparse el dedo es algo normal. Sin embargo, en psicología, chuparse el dedo tiene otro significado. Entonces, ¿de qué trata la psicología de chuparse el dedo?
Chuparse el dedo es un comportamiento común que realizan los humanos, los chimpancés y otros primates. Consiste en colocar el pulgar dentro de la boca y realizar una succión rítmica del pulgar durante mucho tiempo. Sin embargo, también puede hacerse y lograrse con el uso de cualquier trozo de piel que esté a nuestro alcance. Las personas lo hacen por su efecto terapéutico y calmante.
Como se ha mencionado, chuparse el dedo es un hábito común tanto para los bebés como para los niños pequeños. El hábito comienza desde el nacimiento del bebé. Como hábito, los bebés lo realizan como un reflejo. Por lo general, los bebés se limitan a colocar y chupar cualquier objeto que se les meta en la boca. Por lo tanto, se puede decir que para los bebés, cuando se trata de la psicología de chuparse el dedo, simplemente muestra su reflejo de succión que es responsable de la lactancia materna. Lo bueno de este hábito es que sólo dura unos meses. Por lo tanto, no es un comportamiento puramente basado en el instinto. En cuanto a las fotos que se ven habitualmente mostrando a los bebés chupándose el dedo dentro del vientre de su madre, su causa no es algo concluyente.
La psicología de la comprensión
Chuparse el dedo es una habilidad normal para los niños pequeños, pero puede convertirse en un problema si el hábito se mantiene después de que al niño le salgan los dientes. No sólo puede provocar problemas dentales que requieran atención en el futuro, sino que chuparse el dedo puede causar algunos problemas graves de desarrollo emocional y psicológico.
Chuparse el dedo puede provocar una sobremordida y una maloclusión de mordida abierta, lo que puede causar una mala alineación. Estos problemas dentales también pueden causar un impedimento en el habla que tendrá que ser reajustado en el futuro. También es perjudicial para la piel y provoca sarpullidos e irritaciones. Más allá de los problemas físicos y cosméticos resultantes de chuparse el dedo, hay consecuencias para la mente. He aquí algunas de estas consecuencias y cómo conseguir que tu hijo deje de chuparse el dedo.
Uno de los primeros problemas que pueden surgir por chuparse el dedo de forma prolongada es la burla de sus compañeros. Cuando el resto de los niños han dejado de chuparse el dedo y un niño sigue haciéndolo, el resultado pueden ser las burlas. El hábito también conlleva problemas de habla que conducen al ridículo por sí solos. Lo creas o no, chuparse el dedo tiene grandes consecuencias sociales. Todo esto puede parecer inocuo, pero ser ridiculizado por su falta de desarrollo puede causar problemas psicológicos en el futuro. No sólo hace que tu hijo se sienta mal, sino que puede afectar a su desarrollo emocional.
Beneficios de chuparse el dedo
Chuparse el dedo suele aparecer en la infancia, pero el hábito puede empezar incluso antes. Muchos bebés tienen el hábito desde varios meses antes de nacer y se ha descrito como la adicción más temprana. El hábito de chuparse el dedo en los niños hasta los cuatro años es un reflejo normal e inocente. Sin embargo, ¡tenga cuidado! Chuparse el dedo después de los cuatro años puede ser un signo de inseguridad y malestar en los niños y muchas veces se convierte más que en un hábito en una dependencia. Como cualquier hábito, cuanto más tiempo persista el comportamiento, más difícil será romperlo. Más allá de la dependencia psicológica hay otros posibles efectos a largo plazo.
La mayoría de los profesionales de la odontología recomiendan no intervenir para detener el hábito de chuparse el dedo hasta los cuatro o cinco años. La buena noticia es que la mayoría de los niños dejarán de hacerlo por sí solos a esa edad, pero si el hábito persiste, he aquí algunos consejos.
A veces estas soluciones funcionan, y otras veces el niño sigue necesitando un poco más de tiempo o ayuda. Si observas cambios en el paladar de tu hijo o en la forma en que se alinean los dientes, habla con tu pediatra o dentista pediátrico para que te ayude a abandonar el hábito.