
Diagnóstico provisional en psicología
Contenidos
El módulo 3 abarca los temas de la evaluación clínica, el diagnóstico y el tratamiento. Definiremos la evaluación y luego describiremos cuestiones clave como la fiabilidad, la validez, la estandarización y los métodos específicos que se utilizan. En cuanto al diagnóstico clínico, hablaremos de los dos principales sistemas de clasificación utilizados en todo el mundo: el DSM-5-TR y la CIE-11. Por último, discutiremos las razones por las que las personas pueden buscar tratamiento y lo que pueden esperar al hacerlo.
Para que un profesional de la salud mental pueda ayudar eficazmente a tratar a un cliente y saber que el tratamiento seleccionado ha funcionado (o está funcionando), primero debe realizar la evaluación clínica del cliente, es decir, recopilar información y sacar conclusiones mediante el uso de la observación, pruebas psicológicas, pruebas neurológicas y entrevistas para determinar el problema de la persona y los síntomas que presenta. Esta recopilación de información implica conocer las destrezas, habilidades, características de personalidad, funcionamiento cognitivo y emocional del cliente, el contexto social en cuanto a los factores de estrés ambiental a los que se enfrenta y los factores culturales que le son propios, como su lengua o su etnia. La evaluación clínica no sólo se realiza al principio del proceso de búsqueda de ayuda, sino a lo largo de todo el proceso. ¿Por qué?
Evaluación y diagnóstico
Un diagnóstico psicológico es una clasificación o etiquetado de las dificultades declaradas y percibidas de un cliente tras una evaluación formal realizada por un psicólogo o profesional capacitado. Para hacer un diagnóstico psicológico, el psicólogo utiliza las directrices y criterios de diagnóstico establecidos por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM).
Los posibles diagnósticos abarcan una amplia gama de trastornos mentales físicos (por ejemplo, lesiones cerebrales traumáticas o esquizofrenia), trastornos de la personalidad (esencialmente estilos de afrontamiento disfuncionales), trastornos psicológicos (por ejemplo, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, etc.), trastornos del desarrollo, adicciones y una amplia gama de otras condiciones. Es necesario dar a un cliente un diagnóstico psicológico, en parte para planificar el tratamiento y en parte porque las compañías de seguros y otras fuentes de financiación clínica exigen una “etiqueta” con fines estadísticos y de otro tipo.
Cómo diagnostican los psicólogos un trastorno
El diagnóstico de un trastorno psicológico requiere una evaluación por parte de un profesional de la salud mental capacitado y, por lo general, una entrevista, la administración de diversas pruebas de personalidad (y, en algunos casos, pruebas neuropsicológicas) y la recopilación de información de fondo (incluida la médica) sobre el individuo. El profesional de la salud mental llega a un diagnóstico comparando esta información con la del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, el DSM-IV (IV para la cuarta edición, 1994), que utiliza un sistema ideado por la Asociación Americana de Psiquiatría para clasificar los trastornos psicológicos. El sistema de clasificación, que enumera 16 categorías de inadaptación y más de 200 subcategorías, está diseñado para mejorar la fiabilidad de los diagnósticos mediante el uso de comportamientos observables para categorizar los trastornos y para garantizar que los diagnósticos sean coherentes con la información actual. El diagnóstico mediante este recurso requiere el uso de cinco dimensiones, o ejes. Hay que emitir juicios sobre cada uno de los cinco ejes, y un diagnosticador debe considerar una amplia gama de información al hacer el diagnóstico.
Ejemplo de diagnóstico psicológico
El diagnóstico consiste en proponer una causa para un problema médico (como una infección o una lesión). El diagnóstico de los trastornos médicos se realiza en el marco de una entrevista clínica, en la que el terapeuta formula preguntas abiertas y el paciente describe sus síntomas. El terapeuta también hará algunas observaciones (notar que tiene un sarpullido o que ha perdido peso) y podría utilizar herramientas biométricas (como tomarle la temperatura o hacerle una radiografía).Con los trastornos mentales, el diagnóstico se vuelve más complicado. A menudo, el cliente no puede describir muy bien sus síntomas y el terapeuta no puede hacer simples observaciones. No existen herramientas biométricas para los trastornos mentales.
Es la vieja sabiduría de que, si alguien dice que le duele el pecho, se puede medir su ritmo cardíaco, pero si alguien dice que tiene el corazón roto, no tiene sentido estudiar su corazón. Los trastornos mentales suelen describirse de forma poética (“¡Me siento muy decaído!”, “¡Mi vida se ha acabado!”) y aunque algunos escáneres cerebrales se correlacionan con los trastornos mentales, eso no es lo mismo que mostrar el trastorno en sí.