
Trastorno de somatización
Todo el mundo experimenta la conexión mente-cuerpo todo el tiempo. La conexión mente-cuerpo es la comunicación de ida y vuelta entre nuestro cerebro y nuestro cuerpo que implica a la médula espinal y a los mensajeros eléctricos y químicos (como los neurotransmisores y las hormonas). Este sistema de comunicación se encarga de captar información a través de nuestro cuerpo (como los ojos, los oídos, la nariz y la piel), hacer llegar esa información al cerebro y enviar mensajes importantes a todas las partes del cuerpo para que actúen. Este sistema es el que hace posible que nuestro cerebro envíe señales a nuestro cuerpo, como mover los dedos, darnos cuenta de que tenemos hambre o saltar para huir del peligro. La conexión mente-cuerpo es automática e involuntaria.
La respuesta de lucha, huida o congelación es un gran ejemplo de la conexión mente-cuerpo. Cuando sentimos que estamos en peligro, se desencadena una respuesta física muy potente. Esto puede ocurrir cuando nos sentimos asustados y hay un peligro importante presente. También puede ocurrir cuando nos sentimos asustados o estresados y el “peligro” no es mortal.
Somatoforme
Si alguna vez has tenido ansiedad por tu salud y/o bienestar, no estás solo. De hecho, se calcula que el 12% de las personas han experimentado este tipo de ansiedad alguna vez[1]¿Siempre te preocupa tu salud? Es posible que padezcas un trastorno de ansiedad por la salud. Facultad de Medicina de Harvard. Consultado el 07/08/2022. . Pero si su ansiedad se manifiesta en dolores físicos que le causan una angustia extrema, puede estar experimentando una somatización, un síntoma relacionado con un conjunto más amplio de condiciones clínicas, incluido el trastorno de síntomas somáticos.
El trastorno de síntomas somáticos y sus afecciones relacionadas pueden resultar confusas e incluso abrumadoras a veces, pero pueden tratarse, lo que suele requerir un enfoque doble entre los proveedores de atención. Si cree que usted o un ser querido puede padecer somatización o un trastorno de síntomas somáticos, siga leyendo para obtener más información y opciones de tratamiento.
La somatización es el desarrollo de síntomas físicos que pueden atribuirse a factores psicológicos y que, en última instancia, perturban la vida cotidiana o causan un malestar importante. Los síntomas físicos pueden o no estar asociados a una condición médica, pero no se puede identificar una causa médica subyacente para los síntomas y quejas somáticas específicas.
Somatización
La somatización es una tendencia a experimentar y comunicar la angustia psicológica en forma de síntomas corporales y orgánicos y a buscar ayuda médica para ellos[1][2], más comúnmente expresada, es la generación de síntomas físicos de una condición psiquiátrica como la ansiedad. El término somatización fue introducido por Wilhelm Stekel en 1924[3].
La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) ha clasificado los trastornos somatomorfos en el DSM-IV y la Organización Mundial de la Salud (OMS) los ha clasificado en la CIE-10. Ambos sistemas de clasificación utilizan criterios similares. La mayoría de los profesionales actuales utilizarán uno sobre el otro, aunque en los casos de diagnósticos limítrofes se puede recurrir a ambos sistemas. A pesar de la amplia investigación realizada en los últimos 20 años, los investigadores siguen estando perplejos ante los trastornos somatomorfos[7].
En la teoría psicodinámica, la somatización se conceptualiza como una defensa del ego, la canalización inconsciente de las emociones reprimidas en síntomas somáticos como una forma de comunicación simbólica (lenguaje de los órganos)[8].
Que es la somatizacion en psicologia 2022
La somatización implica una tendencia a experimentar y comunicar el malestar psicológico en forma de síntomas somáticos y a buscar ayuda médica para ello. Así definida, no es un trastorno ni una categoría diagnóstica, sino un término genérico para un conjunto de características experimentales, cognitivas y conductuales de pacientes que se quejan de síntomas físicos en ausencia de hallazgos médicos relevantes. Estos pacientes son omnipresentes en todos los entornos de atención médica, plantean difíciles problemas de diagnóstico y gestión y sobreutilizan la atención sanitaria, contribuyendo así a su coste. La somatización puede ser transitoria o persistente, y puede estar asociada o no a un trastorno médico o psiquiátrico diagnosticable. La concurrencia más común de la somatización es con los trastornos afectivos y de ansiedad y, en menor grado, con los trastornos somatomorfos. La somatización persistente supone un grave problema clínico, social y económico, por lo que debe intentarse la identificación temprana de los potenciales somatizadores crónicos para evitar su desarrollo. El dolor, la fatiga, los mareos y la disnea son los síntomas más comunes. La etiología de la somatización es multifactorial y así debe ser su manejo.