
Estadísticas de salud mental
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Estar mentalmente sano durante la infancia significa alcanzar los hitos emocionales y de desarrollo y aprender habilidades sociales saludables y cómo afrontar los problemas. Los niños mentalmente sanos tienen una calidad de vida positiva y pueden funcionar bien en casa, en la escuela y en sus comunidades.
Los trastornos mentales entre los niños se describen como cambios graves en la forma en que los niños suelen aprender, comportarse o manejar sus emociones, lo que provoca angustia y problemas para pasar el día. Muchos niños experimentan ocasionalmente miedos y preocupaciones o muestran comportamientos perturbadores. Si los síntomas son graves y persistentes e interfieren en las actividades escolares, domésticas o lúdicas, el niño puede ser diagnosticado de un trastorno mental.
La salud mental no es simplemente la ausencia de un trastorno mental. Los niños que no tienen un trastorno mental pueden diferir en cuanto a su rendimiento, y los niños que tienen el mismo trastorno mental diagnosticado pueden diferir en sus puntos fuertes y débiles en cuanto a su desarrollo y afrontamiento, y en su calidad de vida. La salud mental como un continuo y la identificación de trastornos mentales específicos son dos formas de entender el estado de los niños.
Psicología y salud mental
La adolescencia es una época en la que los jóvenes deben empezar su vida de forma saludable. El número de adolescentes que declaran tener una mala salud mental va en aumento. Crear vínculos fuertes y conectar con los jóvenes puede proteger su salud mental. Las escuelas y los padres pueden crear estas relaciones de protección con los estudiantes y ayudarles a crecer hasta convertirse en adultos sanos.
La mala salud mental en la adolescencia es algo más que sentirse triste. Puede afectar a muchas áreas de la vida de un adolescente. Los jóvenes con mala salud mental pueden tener problemas con los estudios y las notas, con la toma de decisiones y con su salud.
Los problemas de salud mental de los jóvenes suelen ir acompañados de otros riesgos para la salud y el comportamiento, como el aumento del riesgo de consumo de drogas, la experiencia de la violencia y los comportamientos sexuales de mayor riesgo que pueden conducir al VIH, las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados. Dado que en la adolescencia se establecen muchos comportamientos y hábitos de salud que se trasladarán a la edad adulta, es muy importante ayudar a los jóvenes a desarrollar una buena salud mental.
Sin embargo, la pandemia ha interrumpido muchos servicios escolares, aumentando la carga de los padres, incrementando el estrés de las familias y afectando potencialmente a los resultados de salud a largo plazo tanto de los padres como de los hijos, especialmente entre las familias que ya corren el riesgo de sufrir resultados de salud negativos por factores sociales y ambientales.
Trastorno mental común
La concienciación sobre la salud mental ha sido la “comidilla” hasta el día de hoy, especialmente entre los adolescentes, lo que se puede ver en todas las redes sociales, concienciando y educando a la gente sobre este tema. Se trata de un tipo de enfermedad que no se puede reconocer a simple vista: es una crisis interna de la persona que implica cambios en las emociones, la forma de pensar y el comportamiento.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), casi uno de cada cinco adultos estadounidenses sufre una enfermedad mental, es decir, 52,9 millones en 2020. Van de leves a moderadas y graves. La ansiedad, la depresión, los traumas, los trastornos alimentarios y muchas otras son un tipo de enfermedad mental que no es visible físicamente. Con esta explicación, no sabemos cuántas personas sufren en silencio y podría ser alguien que usted conoce o ama. Este es un tema importante porque puede empeorar y podría llevar a la autolesión.
Aparte de ser parte de su crecimiento, hay varios factores que han demostrado ser los principales factores de estrés en la vida de la mayoría de los adolescentes que causan trastornos mentales. Puede ser debido a su entorno, la vida escolar, los problemas familiares, el trato negativo y los conflictos internos. De hecho, cualquier persona puede experimentar esto, independientemente de su edad, que puede conducir a trastornos mentales.
La importancia de la salud mental
Antecedentes: Cada vez hay más pruebas y concienciación sobre la magnitud de los problemas de salud mental en todo el mundo, que comienzan en la mitad de los casos antes de los 14 años y tienen efectos de por vida en los individuos y la sociedad. A pesar de la naturaleza multidimensional de este reto global, que requiere necesariamente enfoques integrales, muchas intervenciones persisten en buscar soluciones que sólo abordan el nivel individual. El objetivo de este trabajo es proporcionar una revisión sistemática de las pruebas de los efectos positivos en la salud mental de los niños y los adolescentes resultantes de las intervenciones realizadas en las escuelas y las comunidades en las que la interacción entre los diferentes agentes es un componente integral.
Métodos: Se realizó una búsqueda exhaustiva en bases de datos electrónicas (Web of Knowledge, SCOPUS, ERIC y PsycINFO) para identificar intervenciones en las que la interacción entre compañeros, profesores, familias u otros miembros de la comunidad o profesionales desempeñara un papel. También se revisaron sus efectos en la salud mental de los niños y adolescentes. Se realizó una revisión sistemática de los trabajos publicados entre 2007 y 2017. Once estudios de 384 cumplieron los criterios de inclusión. Siete de los artículos revisados se centran en intervenciones llevadas a cabo en las escuelas y promueven interacciones de apoyo que involucran a estudiantes, profesores, familias y profesionales de la salud mental. Cuatro de los artículos desarrollan intervenciones que involucran a miembros de la comunidad en interacciones dialógicas con niños y adolescentes.